En torno al 2 de noviembre...:


No ya una fecha luctuosa: al morir, pasamos de la muerte a la vida.
Un día para honrar nuestro pasado y hacer conciencia
de nuestra historia da a nuestra vida la densidad de todo lo vivido.

Cuanto somos lo hemos recibido: es un día para agradecer.
Si vamos al cementerio, si remozamos tumbas,
es por el deber humano de la gratitud

Si ocupamos el día rememorando cuanto hemos recibido
de quienes se nos han adelantado con la señal de la fe,
de veras festejamos lo que somos.

Un día también para repasar las omisiones mortales
de que nos advierte el evangelio en las que nuestro egoísmo
nos puede hacer caer: como por ejemplo
no dar de comer al hambriento, no visitar a los enfermos
y a los presos, no vestir al desnudo, no dar trabajo al desempleado,
no pagar salarios justos, no dar posada al peregrino,
no respetar al migrante y al extranjero, y para renovar nuestro
compromiso solidario con los más necesitados.

Además, cada año tenemos la devoción de poner
al día la lista de las personas a quienes debemos cuanto somos,
no sólo genéticamente: también el ejemplo, las tradiciones,
nuestra cultura entera, la experiencia, la calidad humana
de nuestra vida actual: por quienes en esta misión
ofrecemos la eucaristía diariamente, todo el año.

Y, como cada año, aquí están las reflexiones del padre dominico Beda Jarrett:

Parece que te los devolvemos, Señor,
a Ti que nos los diste.
Y así como no los perdiste al dárnoslos,
tampoco nosotros los perdemos al devolvértelos.

Señor de la Vida,
Tú no das como da el mundo:
lo que Tú das jamás lo quitas,
porque lo tuyo es nuestro,
si nosotros somos tuyos.

Y la vida es eterna, y el amor es inmortal,
y la muerte es sólo un horizonte,
y un horizonte no es más
que el límite de nuestra vista.

Levántanos con fuerza, Señor,
para alcanzar a ver más lejos;
limpia nuestros ojos para ver con más claridad;
acércanos a Ti para saber que estamos más cerca
de nuestros seres queridos que están contigo.

Y, mientras nos preparas un lugar,
prepáranos también para esa felicidad
de modo que podamos estar contigo siempre.


Carta escrita por mi amigo Francisco Ornelas SJ, el 2 de noviembre de 2008. Es una persona muy especial que ha marcado mi vida profundamente y del que ya he hablado en entradas anteriores, en espcial cuando trabajaba en Zambia con el JRS.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

La Verdadera Alegría de la Vida

Abracadabra (Eduardo Galeano)

Por la intensa sequía han muerto de hambre 469 personas en Guatemala