En torno al 2 de noviembre...:
No ya una fecha luctuosa: al morir, pasamos de la muerte a la vida. Un día para honrar nuestro pasado y hacer conciencia de nuestra historia da a nuestra vida la densidad de todo lo vivido. Cuanto somos lo hemos recibido: es un día para agradecer. Si vamos al cementerio, si remozamos tumbas, es por el deber humano de la gratitud Si ocupamos el día rememorando cuanto hemos recibido de quienes se nos han adelantado con la señal de la fe, de veras festejamos lo que somos. Un día también para repasar las omisiones mortales de que nos advierte el evangelio en las que nuestro egoísmo nos puede hacer caer: como por ejemplo no dar de comer al hambriento, no visitar a los enfermos y a los presos, no vestir al desnudo, no dar trabajo al desempleado, no pagar salarios justos, no dar posada al peregrino, no respetar al migrante y al extranjero, y para renovar nuestro compromiso solidario con los más necesitados. Además, cada año tenemos la devoción de poner al día la lista d...